La pareja de la víctima cuenta los proyectos que tenían. “Voy a tener que convivir con esto toda mi vida, no me queda otra”, narra.

En la madrugada del sábado 9 de setiembre, Alejandra Saavedra Fontes iba a acompañar a su pareja, Mateo Ronchevich, a una excursión desde la ciudad de Rosario hasta Salto. Al hombre, que trabaja como chofer de ómnibus en una empresa local, le llamó la atención que una familia que viajaba desde la ciudad de Colonia para participar del trayecto no había llegado hasta el lugar de partida.

Mateo le pidió a Alejandra que los llamara. Así supieron que a los pasajeros se les había roto la Fiat Fiorino en la que viajaban y tenían que cambiarle la correa, pero no disponían de las herramientas necesarias. Por eso, la mujer de 37 años no dudó en decirles que ella iba hasta donde habían quedado parados para remolcar el vehículo hacia Rosario.

Esto fue lo último que supo Ronchevich de su pareja. La siguiente llamada que recibió fue para comunicarle que había sufrido un siniestro de tránsito y se encontraba internada en cuidados intensivos.

Mateo se enteró unas cuantas horas más tarde que la persona que había chocado a Alejandra era el edil del Partido Nacional Alejandra Saavedra Fontes, y que conducía ebrio, con 1,51 g/l. En el siniestro también murió el hombre que manejaba la camioneta Fiat Fiorino.

Ronchevich fue hasta el lugar del siniestro porque la Policía le dijo que el auto había quedado prendido y bloqueado, dado que la llave estaba en uno de los bolsillos de la ropa de su pareja. Cuando llegó al lugar, le sorprendió cómo quedaron los vehículos. “La Fiorino, que era un furgón, quedó con el asiento detrás del furgón, que estaba todo remangado”, cuenta a Montevideo Portal.

Eso no fue lo único que le llamó la atención. El hombre se puso a buscar algunas pertenencias de Alejandra que habían quedado desperdigadas por el lugar y, en esa recorrida, encontró que uno de los championes estaba sobre un alambrado. Allí se convenció de la magnitud del impacto. El resto es sabido, Alejandra falleció a las pocas horas de haber quedado internada, producto de los golpes.

Curutchet, por su parte, está esperando ser imputado tras ampararse en su derecho a no declarar el pasado martes, día en el que la mujer cumpliría 38 años.

Llenos de proyectos 

Foto: cedida a Montevideo Portal

Foto: cedida a Montevideo Portal

Mateo y Alejandra no tenían hijos, pero sí estaban buscando. La pareja, en el último tiempo, había decidido encarar un proceso de fertilización in vitro y ella estaba realizándose todos los estudios médicos necesarios.

El hombre dice que todo estaba encaminado a que ese sueño se iba a cumplir. “Pero pasó esto, algo con lo que sé que voy a convivir toda mi vida, pase lo que pase”, reflexiona Ronchevich desde Rosario.

Alejandra, en el último tiempo, se estaba desempeñando como policía en la Comisaría de Rosario, pero había pasado por varias divisiones del Ministerio del Interior en el departamento de Colonia.

Quienes conocían a la mujer aseguran que era una persona que “podía con todo” y que siempre ayudaba a quien lo necesitara. “Por eso pasó lo que pasó. Parece cosa del destino, pero murió ayudando a alguien”, dice Ronchevich, que todavía no entiende por qué le pasó eso a su pareja.

Más allá de ser funcionaria policial, Alejandra también integraba un grupo de voluntariado que se fundó en Rosario —llamado Los Reyes—, así como también colaboró durante un tiempo con el departamento de Policía Comunitaria de Colonia.

Mateo dice que la muerte de Alejandra lo fulminó, porque no solo deja un hueco grande en su diario vivir, sino también se caen todos los proyectos que tenían planeados, principalmente las ganas de tener un hijo.

—¿Ya caíste en lo que pasó?

—No, ni ahí. Sé que voy a tener que convivir con esto toda mi vida, no me queda otra. Ella estaba contenta porque los tratamientos en Montevideo estaban saliendo bien, y ella estaba feliz.

El hombre asegura que el funeral de Alejandra fue un fiel reflejo de lo que era ella para la ciudad. “Lo hablaba con un compañero de la empresa… Hacía tiempo que no se veía tanta concurrencia en el Cementerio de Rosario”, agrega.

La pareja de Alejandra sabe que una posible condena con prisión para Curutchet no la traerá de nuevo, porque lo que pasó, ya está. Pero, de todos modos, no quiere ni pensar en el hecho de tener que ver al asesino de su pareja libre. “Quiero que se haga justicia, por lo menos para confiar en la Justicia”, dice.

En 2022 se realizaron 16.708 controles de alcohol en sangre a conductores que protagonizaron accidentes. De ese total, 94% (15.679) resultaron tener 0 gramo por litro de sangre y 6% (1.029) dieron positivo, según datos de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev).

Al ser chofer, Ronchevich conoce la ruta como la palma de su mano y sabe los riesgos de manejar cansado, de andar a más velocidad de la permitida y, también, de tomar antes de subirse a un auto.

—¿Lo podrás perdonar?

—No sé, hoy te digo lo que sé: que tomó, se subió a un auto a manejar y apretó el acelerador más de la cuenta. No sé si eso es perdonable; ahora te digo que no.