Esperanza y Mía, las hermanas siamesas que nacieron en el Hospital Pereira Rossell y luego trasladadas a nuestra ciudad, donde reside su madre, una joven de unos 17 años de edad, fallecieron en la pasada jornada, cumpliéndose así el duro diagnóstico médico, de que no tenían posibilidades de sobrevivir. El deceso de las siamesas, unidas por el hígado y con un solo corazón, se dio cuando llevaban 3 meses de vida. Las siamesas nacieron por medio de una cesárea programada.

Se había advertido la situación. Las ecografías que le hicieron a la madre durante el embarazo revelaron que se trataba de mellizas siamesas, pero no se pudo establecer qué órganos compartían. Se había aconsejado un aborto, lo que fue desechado por la madre. La situación se manejó con suma reserva y respeto, lo que no dejó de conmover a toda la comunidad salteña, al saberse que no había futuro y solo se esperaba el cruel desenlace fatal que se dio finalmente.

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