Nacional juega hoy el partido más importante del semestre, ante Boca Juniors en La Bombonera desde las 20:15, y busca una meta que no alcanza desde 2009.

Es el partido más importante del semestre”. Las palabras de Santiago Romero lo dicen todo.

Nacional se juega esta noche mucho más que un partido y sus jugadores lo saben.

Es que los tricolores, que visitarán a Boca a partir de las 20:15 horas en La Bombonera, buscan meterse entre los cuatro mejores de la Copa Libertadores, algo que el club no consigue desde 2009.

Tras una fase de grupos en la que el equipo de Gustavo Munúa terminó segundo en el Grupo 2 detrás de Rosario Central, luego vino la serie de octavos de final ante Corinthians y el tricolor dejó por el camino a “Timao” a domicilio en San Pablo.

En cuartos, Boca se puso en el camino de Nacional y el Gran Parque Central fue testigo hace siete días del encuentro de ida que terminó 1-1 con goles de Frank Fabra para Boca y Sebastián Fernández para el local.

Hoy la historia es otra y Nacional lo sabe. Su rival fue a Montevideo y logró su objetivo: convertir de visitante. Ahora le toca a los tricolores.

¿Es imposible? No. Y menos para este Nacional que ya sabe lo que es hacer goles de visitante en esta edición de la Copa. En el debut frente a Rosario Central en el Gigante de Arroyito empató 1-1, luego visitó a Palmeiras en San Pablo y ganó 2-1, con River Plate jugó como visitante en el Estadio Centenario e hizo dos goles para la igualdad 2-2 y por último, nuevamente en San Pablo, sacó un empate 2-2 ante Corinthians para avanzar a los cuartos de final.

Pero en esos encuentros, el tricolor tuvo una figura clave: Nicolás López. Y el “Diente” hoy es la única gran duda de Munúa ya que una lesión en un tendón de la rodilla lo sacó del partido de ida, lo excluyó del clásico y tiene en vilo a todo Nacional hasta estas horas.

“A Nicolás lo voy a esperar hasta último momento”, enfatizó anoche Munúa tras el movimiento de Nacional en Casa Amarilla, donde los jugadores trabajaron sin mayores exigencias y donde López lo hizo aparte.

Junto a los kinesiólogos Daniel Calimares y Diego Seoane y el profesor Julio Moreno, el “Diente” hizo trabajos físicos primero, luego con pelota, trotando con ella y pegándole suave contra una pared. Hasta ahí todo iba bien.

Minutos después, el delantero saltó a la cancha para trabajar en definición y tras escasos golpes fuertes a la pelota, paró. Se encendió la alarma y llegaron las incógnitas. El “Diente” se sentó en uno de los bancos de suplentes, la cara de Munúa fue como de resignación y posteriormente el jugador se fue al vestuario unos minutos antes que sus compañeros, no sin antes tener una charla con Diego Polenta, con quien además de ser compañero, los une una gran amistad.

Luego de eso, Polenta habló con Munúa, los jugadores ya estaban todos dispersos tras el estiramiento final y allí se cerró el movimiento de Nacional en el campo de entrenamientos de Boca, lindero a La Bombonera.

“El equipo lo tengo, pero está la duda de Nicolás que no sé si va a jugar, si estará en el banco o si no lo tendremos”, expresó Munúa, que insistió: “Hay posibilidades de que juegue. Vamos a ver. Yo lo quiero evaluar bien y pensar junto con los médicos”.

La suerte parece estar echada. Nicolás López es la carta de un Nacional que ya supo hacerle frente a su ausencia y que esta noche buscará algo que desde hace siete años no consigue: meterse entre los cuatro mejores de América.

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