Mientras aguarda que las condiciones sanitarias permitan la reapertura al público, la Biblioteca Departamental Felisa Lisasola hace un repaso de los servicios que brinda y reivindica la vigencia del libro impreso y de las bibliotecas en la era digital.

Antes de cerrar sus puertas temporalmente a causa de la pandemia, la biblioteca recibía entre 70 y 100 personas por día dependiendo del mes, con una mayor afluencia entre junio y setiembre y una disminución en los meses de verano. Esto se relaciona con la alta concurrencia de estudiantes de secundaria, UTU y universidad, pero la biblioteca es abierta a todas las edades y de hecho la población que concurre es muy variada. El único requisito para hacerse socio es presentar la cédula de identidad y los datos personales y de contacto, y con un trámite sencillo las personas quedan habilitadas para retirar libros por una semana, con posibilidad de renovar el préstamo por otra más. Solo algunos materiales no pueden salir de la biblioteca, pero esta cuenta con salas y espacios para lectura, así como con una sala de inclusión digital.

DESDE BEBÉS HASTA ADOLESCENTES

El sector de biblioteca infantil y juvenil fue renovado recientemente, se compraron alfombras y aire acondicionado, se pintó y se reorganizó la distribución de los libros. Estos se colocaron con las tapas a la vista para mostrar su atractivo y ya no se clasifican por edades sino por género, para dar libertad de elegir a los usuarios y usuarias. También se prestan libros por una semana con posibilidad de renovar por una semana más. Se trabaja en coordinación con otras instituciones, con grupos y clubes de jóvenes, con diversos centros educativos e incluso promoviendo intercambios y jornadas de lectura con el Hogar del Adulto Mayor.

La biblioteca cuenta con un sector de bebeteca inaugurado en 2016 junto al Plan Nacional de Lectura del MEC. Dado que muchos hogares no cuentan con biblioteca propia, esta sala brinda la posibilidad de que los niños puedan manipular los libros ya desde el cochecito. Y al llevar a los niños, otros integrantes de la familia también se acercan a la biblioteca y dedican tiempo a la lectura. Luego de abrir la bebeteca, se sumaron 500 nuevos socios menores de 5 años en un año y se llegaron a recibir entre cinco y ocho mil niños por año.

SALA DE PATOLOGÍA DEL LIBRO

La biblioteca cuenta con un taller de restauración donde se encuadernan, cosen y reparan los libros que el propio uso va deteriorando, así como los libros que se reciben a través de donaciones. Se trata de un trabajo manual que requiere mucha dedicación pero que ayuda a conservar el acervo y extender la vida útil de los ejemplares.

Lorena Molina, directora de esta biblioteca de la Intendencia de Salto, informó que cuando la situación sanitaria lo permita aspiran a reabrir con un horario extendido para seguir cumpliendo con su vocación de acercar la lectura a la población. Cabe señalar que quienes tengan libros en su poder que no pudieron devolver debido al cierre temporal, podrán devolverlos sin ser sancionados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *