Desde los dos años usa un casco especial para cubrirse las meninges. También le fue amputado un brazo.

El 17 de diciembre de del año 2000, un voraz incendio arrasó con una casa en la provincia argentina de Salta. Dentro de la vivienda estaba Brisa Belén Tejerina, de 2 años. En el siniestro sufrió quemaduras en el 88% del cuerpo y su vida quedó pendiente de un hilo. Sin embargo, sobrevivió. Desde entonces lucha cada día por mejorar y cumplir sus sueños.

El fuego afectó especialmente a las áreas más sensibles de la cabeza de Belén. Su caso es tan complejo que el Hospital Pediátrico Garrahan, que se encargó de su atención, continúa tratando su caso a pesar de que ya superó largamente los 16 años, edad límite en esa categoría.

Durante su visita anual al hospital porteño, Belén y su madre se alojan en un hotel de Buenos Aires, lugar donde concedieron la semana pasada una entrevista al canal Todo Noticias (TN).

Además de hacerle estudios, los medios del Garrahan le confeccionan un casco especial medida que le protege las meninges, ya que debido a las quemaduras que sufrió sólo tiene piel por encima de ellas.

“El casquito se lo tienen que hacer de nuevo y la ortopedia alemana que se lo confecciona este año no se lo puede hacer. El Garrahan consiguió otra y en estos días le tienen que tomar las medidas para que se pueda llevar el nuevo colocado”, explicó Mirtha, madre de Belén, en declaraciones al citado medio. Además del daño en cabeza y rostro, el fuego también le carbonizó el brazo izquierdo, que le fue amputado.

“Hace 21 años que estoy con ella, su caso es muy especial. No lo digo yo, lo dicen los médicos desde que ocurrió el accidente. Venimos por el casco y por controles neurológicos y oftalmológicos, entre otros”, añadió Mirtha.

Belén corre desde los 14 años y desde entonces ha acumulado un respetable palmarés. La medalla más significativa es una de primer puesto que obtuvo a pesar de que salió retrasada, ya que no escuchó la señal de partida.

Actualmente trabaja desde hace tres años como secretaria administrativa del director de Deportes del municipio. El año pasado comenzó a incursionar en el mundo del modelaje tras ser convocada a participar en el certamen “Miss Belleza Mundial”. Obtuvo los reconocimientos de la foto más votada en las redes sociales, el de la mujer más fuerte y el de mejor compañera. “Soy parte de un staff de modelaje, pero por ahora no me pagan. Si más adelante conseguimos marcas seguramente nos contraten de manera definitiva”, explicó Belén.

“Quiero ser modelo profesional y poder vivir de esto. Lo imagino todos los días”, contó la joven, quien además aspira a crear junto a su madre un espacio de apoyo a personas que atraviesan situaciones como la de ella.

“Aprendí a defender lo que me corresponde, pero algunos no tienen esas posibilidades y todos merecemos el mismo trato. Entonces quiero ayudar, guiar con los trámites y acompañar a los padres”, manifestó en declaraciones a la agencia Télam.

Mirtha recuerda duros momentos vividos junto a su hija, especialmente situaciones de discriminación, miradas de desagrado y rechazo que su hija, siendo una niña, tuvo que soportar.

“Cuando ella era más chica enfrentaba las cosas. La abrazaba y trataba de que no viera cuando la miraban o hablaban de ella. Hoy nos sentimos diferentes: vamos por la calle, nos reímos, miramos vidrieras. Jugamos y conversamos. Si supieran lo inteligente que es no la verían así. La miran de otra manera, pero eso nos fortifica. Es muy triste y muy feo que hagan eso, deberían ponerse en el lugar del otro”, consideró Mirta.

“Nadie es más ni menos que otra persona, todos somos iguales. Si quieren hacer algo que les gusta solo tienen que proponérselo y hacerlo. Lo que yo me propuse hacer, lo logré siempre”, indicó Belén, que actualmente cursa tercer año de secundaria y -además de todo lo antedicho- quiere ser profesora de Educación Física.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *