La Roja cayó de golpe y porrazo en una nueva realidad. Sumó su primera derrota de la clasificatoria actual, con una presentación para el olvido.

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Ni el nuevo estatus de campeón de América que exhibe Chile le sirvió para torcer un destino que parece estar escrito: la imposibilidad de rescatar un triunfo en el Centenario. El 3-0 de los charrúas, con goles de Diego Godín, Álvaro Pereira y Martín Cáceres, fue a base de lo mismo de siempre: garra, pasión y saber aprovechar los errores de la Roja que anoche fueron particularmente garrafales.

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Roja insinuó profundidad y ambición en los primeros minutos. Primero con un tiro de Eduardo Vargas. Y luego con Arturo Vidal, quien recuperó una pelota, la prolongó hacia Isla y fue por la devolución. Su puntazo salió apenas desviado. Era un comienzo prometedor.

Sobre los 20 minutos, una falta de Gonzalo Jara sobre Edinson Cavani, los protagonistas del recordado incidente de la Copa América, cambiaría la historia. Diego Godín y Gary Medel, los rudos presentes en la cancha, recibieron tarjeta amarilla por escaramusas verbales de alto calibre. Arturo Vidal se quedó enganchado en el fondo tras el rechazo del centro inicial y habilitó al central del Atlético de Madrid, quien aprovechó una pelota que le quedó picando y definió con categoría ante Claudio Bravo.

Estalló el Centenario, Jorge Sampaoli quería pegarle a quien se le cruzara por delante y los jugadores chilenos se tomaban la cabeza porque sabían que todo fue por un error. Y que la tarea se volvía doblemente complicada.

Siguieron los roces y provocaciones en las cuales inexplicablemente se involucró Sampaoli. Un anticipo de que las cosas no andaban bien.

Chile intentó un tibio repunte al regreso del entretiempo, pero sobre el cuarto de hora Uruguay se encargó de aplicar el nocaut. Con una buena cuota de ayuda de la defensa chilena.

Álvaro Pereira recién había ingresado y anotó un gol increíble, que salió de los pies del portero Muslera recorrió 80 metros y jamás tocó el piso. Cavani pivoteó el saque del portero y Palito se la desvió a Bravo con otro frentazo.

Dos minutos después, Martín Cáceres madrugó a toda la defensa chilena, con Claudio Bravo incluido, para clavar el 3-0 que, como decía Julio Martínez, fue un balde de agua fría. Los uruguayos disfrutaban su desquite de la Copa América con una goleada y los jugadores de la Roja se miraban entre ellos sin entender qué diablos estaba pasando.

A 10 minutos del final, Egidio Arévalo pudo anotar el cuarto y repetir la pesadilla de hace cuatro años, con Claudio Borghi en el banco, aunque esta vez sin Luis Suárez, pero el portero Bravo se reivindicó con un achique brillante. Después, voló para evitar el gol de Sánchez.

La Roja cayó de golpe y porrazo en una nueva realidad. Sumó su primera derrota de la clasificatoria actual, en un reducto donde apenas una vez robó un empate por eliminatorias mundialistas y donde Uruguay hace seis años que no cae. Fue el peor Chile de los últimos tiempos, que han sido gloriosos, por cierto.

 

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