Elizabeth trabaja en la escuela de Guichón hace 39 años. Foto: Juan Gari.

Pacientes, abogados y activistas por el acceso de medicamentos de alto costo acusan a la Ley de Presupuesto que votará el Senado el 4 de diciembre de atentar contra un derecho básico: la salud. Dicen que el recurso de amparo es su última puerta a esos medicamentos cuando el Fondo Nacional de Recursos se los niega.

Elizabeth Fender tiene 58 años y toda su vida la pasó en Guichón, un pueblo de cinco mil habitantes en Paysandú. Ahí nació, se casó y tuvo dos hijos: Mateo (30) y Federico (27). Cuando tenía 19 años empezó a trabajar en la Escuela Nº77 como auxiliar de servicio.

Su vida fluía con normalidad hasta que, en 2003, un día, fue a trabajar y durante toda la jornada le lloró el ojo derecho.

El 23 de octubre de 2015 hicieron dos años del trasplante de médula que salvó a Elizabeth. Ese mes volvió a su labor en la escuela y, desde hace seis meses, también trabaja en un supermercado del pueblo. El cáncer está en remisión total.

Como Elizabeth, muchos pacientes se ven atrapados entre la muerte y un medicamento que no pueden costear, que su médico les señala como necesario y que el Fondo Nacional de Recursos no les da, mientras el tiempo les pasa cada vez más rápido.

Sin embargo, no todos corren su suerte. Otros pagan un precio mucho más alto que el del medicamento: fallecen o quedan con secuelas irreversibles y una salud en deterioro.

 

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