Por pablo Villaverde

El 19 de agosto de 1839, en la ciudad de Paris, Francia el obsequia al mundo el Daguerrotipo, luego de liberar la patente hace accesible la fotografía a la humanidad. Meses después, en febrero de 1840 el Daguerrotipo desembarca en Montevideo, primero en una demostración privada en la casa del cónsul francés André Cavillon y luego en una pública de la que fue testigo, entre otras personalidades de aquel entonces, Teodoro Vilardebo quien expreso del nobel invento lo siguiente: “¡Cuánto trabajo, cuánta contracción ahorrará este invento sublime al viajero que antes veía absorbida la mayor parte de su tiempo por el dibujo y la delineación de los objetos que se presentaban a su vista!”.

En 1850 llegan a la ciudad de Salto los primeros daguerrotipistas, sus trabajos aún sobreviven en manos de descendientes de los retratados en aquel entonces.

Tuvieron que pasar casi dos décadas para que se estableciera en la ciudad en 1865 el primer fotógrafo, Thomas Bradley con su casa fotográfica “Fotografía Americana” que se convertiría luego en Foto Clavé, una de las casas más importantes que tuvo la ciudad de Salto, a cargo de Augusto Clavé desde fines del siglo XIX.

La fotografía desde sus comienzos y hasta bien entrado el siglo XX no era de lo más asequible, siendo solo un artículo de lujo para las más altas esferas de la sociedad. Lo antes dicho derivó en costumbres -a fines del siglo XIX e inicios del XX- como la denominada “fotografía postmortem”, también llamada “memento mori” que no fue otra cosa que la extendida practica de fotografías a los difuntos, lo cual llevo a crear toda una parafernalia entorno a la misma, lo que consistía en arneses, sillas, etc. Los difuntos solían fotografiarse en el féretro, sentados en sillas o sillones, en la cama o incluso de pie. La Ciudad de Salto no estuvo ajena a esta costumbre y llegan hasta nuestros días testigos, en forma carte de visite y publicaciones en los que pueden apreciarse difuntos fotografiados.

En los dos ejemplos mostrados a continuación se aprecia un grupo de personas fallecidas en un accidente de diligencia a fines del siglo XIX, imagen publicada en un ejemplar especial del diario Tribuna Salteña de julio de 1930 y la otra, la de un bebe de poco tiempo, vestido con el traje de bautismo y sentado en una silla. Esta última imagen, de principios del siglo XX fue realizada en Clavé, anteriormente mencionada y se encuentra en una colección privada en Montevideo.

Bibliografía

Tribuna Salteña – Suplemento – 18 de Julio de 1930

Fotografía en Uruguay historia y usos sociales. 1840 – 1930 – CdF

El Oriental-Hydrographe y la fotografía – Maria Ines Turazzi

Fotografías y fotógrafos en Uruguay – 1870 – 1930 – Juan Antonio Varese

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