“Lo cuento porque de verdad la estoy pasando muy mal. Es insoportable el dolor”, dijo la mujer en su cuenta de Instagram.

Una joven argentina se sometió a dos sesiones de cama solar y terminó deshidratada y con su piel quemada, según informan los medios locales. En concreto, la mujer se hizo el tratamiento en un local ubicado en el barrio Villa Pueyrredón y terminó con el 90% de su cuerpo quemado, según contó en las redes sociales.

“Lo cuento porque de verdad la estoy pasando muy mal. Es insoportable el dolor, tengo el 90% del cuerpo quemado en carne viva. No puedo dormir, ni sentarme, ni siquiera puedo parpadear porque me queme hasta los párpados, no puedo vestirme sola”, narró la joven.

Esta persona concurrió debido a que había una promoción 2×1, que podía ser utilizada por dos personas diferentes. No obstante, ella eligió hacer las dos, pero le advirtieron que “iba a quedar un poco roja”. ¿Por qué cama solar? Es que ella tenía un casamiento en dos días y pensó que ese tono de la piel iba a pasar en las 48 horas.

La joven dijo que cuando salió del local todo estaba bien, pero a medida que pasaban las horas su piel estaba cada vez peor. A las 3 horas tuvo fiebre, temblaba “como si hicieran 10 grados bajo cero”, le bajaba la presión, quería vomitar y no podía ni comer ni beber.

Esa noche durmió. “Apenas me levanté casi me desmayo por una bajada de presión y muchas ganas de vomitar. Tenía que ir a cursar al hospital y no me podía ni sacar el pantalón, ni caminar, ni extender las piernas así que decidí ir a la guardia (emergencia médica)”, escribió.

Una vez en la emergencia le informaron que lo mejor era ir al Hospital de Quemados porque ahí iban a poder darle una mejor atención.

TN Noticias comunicó que, una vez en ese hospital, le hicieron exámenes, que arrojaron que estaba deshidratada y con quemaduras superficiales que eran fuertes. Le aplicaron analgésicos por vía intravenosa y horas después la dejaron irse a su casa, pero con controles diarios.

Finalmente, la joven dejó su reflexión sobre los hechos. “No vale la pena para nada someterse a esa pelotudez solo por un poco de color. Y si van, vayan a un lugar que SEPAN y les digan NO, no te lo hago porque sos muy blanca o porque te puede hacer mal. No lo volvería a hacer”, indicó.

“Que no sea que por un peso más, te arruinen el cuerpo. La saqué barata hasta ahora porque no se me hicieron ampollas, si no estaría internada hasta dios sepa cuando se me cicatrizara todo eso. Hoy voy, sin saber si me dejan o me voy, que no le pase a nadie más”, concluyó.

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