La policía de Colorado Springs respondió a una llamada de emergencia en la mañana del domingo en un parque de casas rodantes, donde encontró a seis adultos muertos a tiros y a un hombre adulto que estaba gravemente herido.
El herido fue trasladado a un hospital local, donde luego falleció.
Las investigaciones preliminares revelaron que las familias se habían reunido para una fiesta de cumpleaños dentro de uno de los remolques cuando ocurrió el tiroteo.
“El sospechoso, novio de una de las víctimas femeninas, condujo hasta la residencia, entró y comenzó a disparar a la gente en la fiesta antes de quitarse la vida”, indicó la policía en un comunicado. “Todavía estamos investigando para determinar un motivo”.
Ninguno de los niños que se hallaban en el cumpleaños resultó herido en el ataque, según la policía.
Las autoridades no han revelado las identidades de las víctimas.
“Desde los oficiales que respondieron al tiroteo hasta los investigadores que aún están en la escena todos quedamos increíblemente conmocionados”, dijo el jefe de policía de Colorado Springs, Vince Niski. “Esto es algo que esperas que nunca suceda en tu propia comunidad”.
El alcalde de Colorado Springs, John Suthers, dijo que este “acto de violencia sin sentido” ha conmovido a la comunidad y pidió orar por las víctimas, sus familias y los socorristas.
Una mujer que vivía en el parque de casas rodantes dijo al Denver Post que el sonido de los disparos la despertó y que pensó que se trataba de una tormenta eléctrica.
El periódico The Gazette, con sede en Colorado Springs, informó a su vez que familiares y amigos de las víctimas se reunieron el domingo por la tarde afuera del remolque para llorar a las víctimas.
Fue el tercer tiroteo masivo en Colorado Springs desde octubre de 2015, incluida una masacre producida el día de Halloween y un ataque a una clínica de planificación familiar, recordaron los medios locales.
Estados Unidos ha sido escenario de una serie de tiroteos masivos en los últimos meses, entre ellos uno que tuvo lugar en un local de FedEx en Indianápolis, otro en oficinas en California, un tercero en una tienda de comestibles en Boulder, Colorado, y otro en varios salones de masajes en Atlanta.
El mes pasado, el presidente Joe Biden calificó la violencia con armas de fuego como una “epidemia” y una “vergüenza internacional” para su país.
En 2020 hubo en Estados Unidos más de 43.000 muertes relacionadas con armas de fuego, según el Gun Violence Archive.