Días atrás se informó sobre un hombre que quedó en manos de la Justicia en Salto tras las denuncias de la madre de una niña por presunto abuso sexual contra menor. La causa siguió y la Fiscalía pudo investigar el caso. El acta de formalización revela una triste y macabra historia de abusos.

Una niña de 12 años que desde 2017 se alojaba en un hogar de amparo en el departamento de Salto pasaba los fines de semana con su madre. Fue así como en julio de este año, estando juntas, la madre observó que la hija mantenía una sospechosa conversación con un hombre en el celular que le había prestado.

La madre tomó el celular y pudo ver las conversaciones que mantenía con el hombre (de iniciales L.P.). En los chats, el hombre le hacía propuestas obscenas a la niña, incluso le dijo que su deseo era que le practicara sexo oral.

En el chat había audios y videos de índole sexual y el hombre la invitaba a mantener relaciones sexuales. Además, en fragmentos de la charla se daba a entender que ya habían tenido algún encuentro.

La niña, que ya había sido víctima de violencia y abusos en su familia por parte de su padre biológico (razón por la cual fue condenado a prisión), pidió a la madre que no dijera nada en el hogar porque la podrían echar.

El lunes siguiente a que pasaran juntas la niña regresó al hogar y el martes concurrió su madre para contarle a la encargada lo que estaba pasando.

La encargada del hogar de amparo y el director del lugar radicaron la denuncia policial.

El sospechoso de cometer estos abusos con la niña, L.P., era miembro colaborador de la iglesia que está a cargo del hogar. Incluso, la iglesia y el hogar funcionan en el mismo inmueble y por un patio en común se comunican.

El hombre colaboraba con el grupo de niños, trabajaba en la escuela bíblica, en la música y en la merienda. Fue allí que conoció a la niña de 12 años, se ganó su confianza y también la de los encargados y miembros de la comunidad de la iglesia.

En definitiva, el hombre se había aprovechado de la confianza de la niña y la de los otros miembros de la comunidad para entablar una relación abusiva con la menor, que estaba en el hogar de amparo desde los 10 años.

Incluso, la médica forense constató que la niña presentaba lesiones, por lo que sugirió que se hiciera un seguimiento psicológico a la menor.

En concreto, el hombre fue formalizado por reiterados delitos de abuso sexual especialmente agravado.

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