El co-conductor de Musicalísimo explicó que Duarte venía con un tremendo desgaste por la campaña electoral y que tuvo un “doble enfriamiento” hace veinte días.

Jorge Marfetán, compañero de Abel Duarte en Musicalísimo, recordó esta mañana con tristeza y dolor la partida del emblemático comunicador.

El doctor Marfetán había sido el encargado de dar las últimas noticias sobre la salud de Abel a través de Musicalísimo, en Oriental.

Esta mañana charló con sus compañeros de radio Alfonso Lessa y Mauricio Almada, conductores de Para empezar el día, sobre la figura de Duarte y también el deterioro de su salud.

“En lo personal es un momento enorme, no exento de una gran emoción. Conocimos a Abel hace 35 años”, comenzó Marfetán, que recordó cómo se involucró con Duarte en 1987, a través del periodista Hugo Mateo, que era paciente suyo.

Narró que ese año tuvo que atender a Duarte a raíz de problemas de anginas y que el comunicador condujo Musicalísimo convaleciente desde su cama, lo que ya pintaba un panorama claro de cómo era.

Luego Marfetán se transformó en co-conductor del programa, codo a codo con Abel Duarte. “Vivimos lo bueno, lo malo y lo feo. Los momentos de auge, los difíciles, como el fallecimiento de cuatro de sus hermanos (tres en un año), su mala fortuna económica en el 2002, que lo llevó de la cima al subsuelo (…) la visión que tuvo de transformar el programa de jóvenes para adultos”, dijo.

El fallecimiento

El doctor narró que “lo que pasó con Abel fue absolutamente insólito”. “Hace veinte días participó del programa ‘Todas las voces’, de Canal 4, y tuvo un doble enfriamiento, porque había ido bastante desabrigado, pero tenía que pasar sobre las seis de la tarde por el Legislativo para hablar con José Amorín Batlle: calefacción en el Parlamento, frío al salir al auto de noche, luego en Canal 4 calefacción, frío al salir, y él era de andar en mangas de camisa”, dijo.

“Dos días después de eso, comenzó con un aparente estado gripal, que era ostensible; le pedí que se metiera en la cama. Fue visto por una emergencia, y se diagnosticó un estado gripal, pero me empezaron a llamar la atención dos cosas: que no me llamaba y no me podía comunicar con él”, contó Marfetán.

“Su pareja me llamó para que lo fuera a ver porque no lo veía bien. Hace 12 días lo voy a ver y me llama muchísimo la atención la situación en la cual se encontraba. Le digo a su pareja que llame al médico del mutualista, porque yo al estar jubilado no puedo hacer un escrito”, manifestó.

Allí vieron que estaba para internar, y así se hizo hace diez días. “Y en una placa de tórax se diagnostica una neumonitis viral intersticial. Es la vieja neumonía, muy dramática porque da 41 grados de fiebre, expectoración que parece pus puro, pero se trata en el domicilio con oxígeno, nebulizaciones, antibióticos y el proceso retrocede en diez días”, prosiguió.

Pero Marfetán contó que en esta neumonitis la inflamación se fue metiendo en los intersticios de los pulmones, “habida cuenta de que no hay un tratamiento antivirósico específico”. “Se lo internó en el Británico, se lo colocó en el CTI, se le sedó para que no esté molesto y se le puso un respirador. A partir de ahí fui totalmente negativo respecto al pronóstico, porque era (el de Duarte) un organismo muy exigido y que lo tomaba en un momento en que venía con un enorme desgaste por la actividad política con una disminución de defensas total”, explicó.

Cada vez que se intentó bajar el respirador “no se pudo y luego aparecieron las complicaciones infecciosas que surgen con la prolongación del respirador y eso lleva a una falla orgánica”. Felicitó al personal del Británico por el tremendo esfuerzo que hicieron, pero agregó: “Su organismo no lo resistió y ya anoche teníamos la certeza de que nos íbamos a encontrar con esta noticia, que es un golpazo para todos”.

Es el cuarto hermano Duarte que fallece en apenas un año y pocos meses. “De Abel Duarte habría que hablar horas, fue un fenómeno de comunicación e ideación, generó un imperio con los jóvenes, y luego un imperio para la gente grande. Y se va dejando un vacío a todos los que estamos alrededor y a la propia radio Oriental. Ha cubierto 35 años de la historia de esta radio”, repasó.

“Estoy tratando de no quebrar mi voz…”, dijo Marfetán, que interrumpió la frase allí, momento que los periodistas aprovecharon para enviarle un saludo y cerrar la entrevista. “Se va en un día luminoso, como fue su vida profesional”, concluyó.

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