Valentín González se tapó el tatuaje de Lacalle Pou, decepcionado por la respuesta a una denuncia que hizo en Durazno, pero asegura que no se sumó a Sartori por conveniencia.

En el 2014, el joven Valentín González llegó a los medios por tatuarse en su brazo el slogan “Por la positiva”, que usó Luis Lacalle Pou en las elecciones de 2014.

En aquella oportunidad, el propio Lacalle Pou le escribió a Valentín, al enterarse de la noticia: “Valentín, si tu piel lleva eso, me imagino tu corazón. La tarea: que sientas siempre orgullo”.

Luego, como ya narramos en otra nota, el amor político se acabó: el joven pasó brevemente por el Partido de la Gente y ahora se sumó a Juan Sartori, una historia que tiene en realidad más vueltas de lo que parece a simple vista.

Valentín, que hoy tiene 26 años, milita desde los 11, según dijo. En las elecciones pasadas se sumó a Lacalle Pou entusiasmado por la propuesta y se hizo el tatuaje en una decisión que “fue de pendejo”, según lo definió él, motivada por estar “convencido del proyecto”.

En ese momento trabajaba en la intendencia (blanca) de Durazno, en la parte de Tránsito, cuando descubrió irregularidades en la expedición de libretas de conducir. “En 2015 hice una denuncia administrativa porque descubrí que había 43 libretas truchas”, narró a Montevideo Portal.

El episodio fue cubierto por la prensa de la época, que informó que la intendencia de Durazno decidió no sancionar a los inspectores que habían expedido más de 40 libretas irregulares en tres meses y solo aplicó una observación en su legajo.

El semanario Crónicas narraba entonces que entre las anomalías de los exámenes teóricos se encontraban pruebas que no habían sido completadas pero igual eran validadas o respuestas escritas con la misma caligrafía del inspector que corregía el examen.

Un mes después de hacer la denuncia lo derivaron a la biblioteca, donde era ignorado por sus compañeros, según contó. Luego, la administración de Carmelo Vidalín decidió no renovarle el contrato y se quedó sin trabajo. “Me sacaron por ser honesto”.

González se quedó sin su puesto pese a que la propia Junta Departamental hizo una investigación administrativa y recomendó a Vidalín que lo reintegrara a su cargo, señalando que correspondían medidas ejemplarizantes para quienes habían cometido las irregularidades. El entonces jefe de Inspección General, Daniel Barez, desestimó las denuncias y aseguró que solo se había tratado de “desprolijidades”, además de acusar a Valentín González por “intentar subir” políticamente con el episodio del tatuaje, según recogió Crónicas.

Te estamos llamando

Ante esta situación, Valentín intentó contactarse con Luis Lacalle Pou pero nunca obtuvo una respuesta. “Mandé mails, llamé al despacho pero nunca me atendieron el teléfono. Me terminé alejando, porque había hecho las cosas bien. Claro, no era nadie, un simple militante. Lacalle Pou me decepcionó completamente. Sentí que se decía algo para afuera y para adentro se tapaban cosas”, dijo.

Defraudado, en el 2016 fue contactado por un amigo que militaba para Edgardo Novick. “Es verdad que fui a dos o tres reuniones pero luego quedó en la nada, no me terminó de convencer. No llegué a militar”, apuntó.

Entra en escena entonces Juan Sartori. Según Valentín, fue al acto de lanzamiento de Sartori en el teatro Metro, en diciembre, porque le llamó curiosidad una figura nueva en el partido. “En enero comencé a militar y a participar de las recorridas de él por el interior”, explicó.

Valentín, que actualmente trabaja como chofer de Uber, se escapa cuando puede a los actos de Sartori, pero aseguró a Montevideo Portal que no recibe plata por hacerlo. “Trabajo con los voluntarios en el interior, hago puerta a puerta, llevando el mensaje de Juan a los vecinos”, afirmó.

¿Qué pasó entonces con el tatuaje de “Por la positiva”? Quedó tapado, pero no por un tatuaje de Sartori, sino por tres figuras geométricas, contó Valentín.

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