El matador intentó que pasara como un caso de autoeliminación. La pesquisa develó una brutal situación de abuso y violencia.

En la tarde del pasado 20 de enero fue hallado el cadáver de Raquel Nogueira, de 55 años, flotando en aguas del Río Negro, a la altura de la ciudad de Mercedes.

Esa misma mañana, su compañero sentimental se había dirigido a dependencias policiales para averiguar si había información sobre la mujer. Señaló que no la veía desde el día anterior, que ella tomaba mucho alcohol y no era raro que apareciera tirada en la calle.

Si bien en un principio se supuso que podría tratarse de un suicido o de un accidente, las investigaciones consolidaron la hipótesis criminal: su compañero, identificado como Daniel Rey Melgarejo, de 50 años, la golpeó y luego la arrojó a las aguas, provocándole la muerte.

Durante la investigación del caso quedó de manifiesto no sólo la responsabilidad de Rey Melgarejo en la muerte de Noguiera, sino todo un historial de violencia en la relación. La pareja vivía en situación de precariedad, signada además por las agresiones y los abusos del hombre.

Según detalla el medio local Agesor, el criminal obligó a su pareja -analfabeta-a vender un terreno de su propiedad, por lo que luego se mudaron a una edificación precaria cercana a un basurero. Asimismo, Rey Melgarejo acostumbraba a obligar a su mujer a prostituirse.

Las pesquisas también permitieron establecer que el hombre quiso instruir a testigos del crimen sobre qué debían declarar.

Rey Melgarejo, que se encuentra actualmente cumpliendo una condena de seis meses 6 meses por atentado y por acto de desprecio a otras personas por su condición de género, fue conducido ayer ante la sede judicial mercedaria, donde la Fiscalía logró que se lo formalizara por feminicidio. Se dispusieron 150 días de prisión preventiva.

Tras la audiencia, y en el hall del juzgado, el imputado se dirigió a los periodistas del citado medio, quienes registraron el momento en su crónica. “Dijo que estaba todo armado, que no tenían nada, que era una pobre mujer y que él no iba a hacerle eso, cuando le hablamos del maltrato previo, hizo silencio…”

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