El Banco Central advirtió a la sociedad que dichas divisas “no están comprendidas” en su actuación, pero está a estudio.

El Banco Central del Uruguay (BCU) emitió un comunicado sobre los activos virtuales —como las criptomonedas— para brindar información y recomendaciones a la población.

“Estos instrumentos pueden tener el potencial de contribuir al desarrollo y eficiencia del sistema financiero y de pagos, pero pueden generar nuevos riesgos o exacerbar los existentes, en ausencia de una regulación específica que permita mitigarlos”, enuncia la misiva del ente financiero estatal.

Así, el banco busca recordar a la sociedad, en primer lugar, que las criptomonedas no constituyen una divisa legal, como sí lo es el peso uruguayo. En este sentido, no fueron emitidos ni cuentan con el respaldo de ningún banco central, añade el texto.

De esta manera, la emisión y comercialización de estos instrumentos “no son actividades que se encuentren comprendidas dentro de la actuación del Banco Central del Uruguay y, por tanto, no están sujetas a regulación específica” en el país. Como consecuencia, quienes operen con estos instrumentos “no les son abarcables las medidas de protección al usuario financiero” prestadas por entidades reguladas y supervisadas por el banco.

En tercer lugar, el BCU advierte que algunos activos virtuales pueden estar expuestos a una gran volatilidad en su precio o cotización, además de que pueden presentarse dificultades para su reconversión a pesos uruguayos u otras monedas.

“Las instituciones financieras no están obligadas a procesar transacciones asociadas a activos virtuales y los comercios no están obligados a aceptarlos como medio de pago”, insiste el BCU en el documento.

Por último, por sus características, algunos activos virtuales favorecen el anonimato y la no reversibilidad de las transacciones, aspectos que pueden exponer a quienes operen con ellos a importantes riesgos, como el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo o el fraude.

El Banco Central recomienda, entonces, “recurrir a información confiable, clara y completa (tanto con relación al instrumento y a la operativa, así como en relación con los proveedores del servicio y de las contrapartes involucradas en la operación), a implementar buenas prácticas en cuanto al cuidado de las claves que controlan el acceso a los fondos y a considerar si los proveedores de servicios de compra-venta, transferencia y custodia de activos virtuales se encuentran sujetos a regulación y supervisión en su país de origen”.

Acciones internas

Asimismo, desde el organismo financiero se está desarrollando “un análisis detallado del desarrollo de esta operativa”, indica el texto.

Este año se ha establecido un grupo de trabajo interno del BCU, dedicado a realizar un abordaje interdisciplinario del estudio de los instrumentos y operativas con activos virtuales. “Como resultado de este proceso, se ha elaborado un marco conceptual partiendo de la base de la realidad de negocios de las distintas operativas que involucran activos virtuales, comprendiendo tanto las nuevas actividades, así como las que ya pudieran estar comprendidas por la regulación vigente”.

En esta línea, se estableció un plan de trabajo y, de cara al último trimestre del año, se promoverá un diálogo con actores de la industria y se continuará el relacionamiento con otros reguladores y organismos internacionales “a fin de profundizar en el conocimiento de su experiencia en la regulación y supervisión de estas actividades”.

“Estos intercambios contribuirán a perfeccionar el marco conceptual con vistas a lograr un abordaje regulatorio que contribuya a las finalidades antes mencionadas”, subrayan desde el banco.

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