El 30 de enero de 2017 Valeria fue muerta a tiros por su excompañero, un agente de policía al que ya había denunciado.

Ese infausto día, el agente policial Juan Antonio Lanza se presentó en la casa de su expareja, quien ya lo había denunciado en dos ocasiones por violencia de género. Pidió para jugar con los hijos de ambos en la vereda y, ante la negativa de Valeria, le efectuó varios disparos con su arma de reglamento.

El caso provocó conmoción en la sociedad uruguaya y tuvo consecuencias en el Ministerio del Interior. 21 funcionarios fueron sumariados por no respetar lo protocolos en las denuncias por violencia de género, en una situación que puede leerse como un caso extremo de corporativismo: las denuncias de la mujer fueron “cajoneadas” y jamás llegaron a la Unidad Especializada de Violencia Doméstica. Por esa razón no se adoptaron las medidas elementales de rigor en tales casos, como el retiro del arma al agente denunciado.

A mediados de 2018, la familia de la víctima demandó al Ministerio del Interior por 700.000 dólares. Mientras tanto, la Justicia dispuso que la custodia de los hijos de Sosa, de 7 y 11 años en el momento del crimen, quedaran bajo la tutela de sus abuelos maternos.

El caso de Valeria Sosa fue uno de los reseñados en el libro Valeria no pudo bailar y otras crónicas de femicidios, del periodista César Bianchi . El título hace referencia directa a Sosa, quien era bailarina de la comparsa Mi Morena.

Este jueves, el abogado Ignacio Durán comunicó vía Twitter la sentencia de la Justicia, que condena a Lanza a 16 años de cárcel.

“En una muy fundada sentencia a cargo de la Dra. Ana de Salterain, Penal 26 Turno, se condenó al asesino de Valeria Sosa a 16 años de penitenciaría por un delito de Homicidio. Tarda, pero llega… un poco más de paz en tu alma Vale querida!”, escribió el jurista.

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